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Ese soplo, un documental sobre el amor y las pérdidas

02/06/2023
Durante 12 años, Valentina Baracco se dedicó a realizar su primer documental como directora, Ese soplo, un registro íntimo sobre el vínculo con su abuelo, el amor y las pérdidas, en busca de comprender qué significa estar vivos.
*Función de "Ese soplo" en el Festival Detour 2022. Foto: Lucía Silva.*

A sus 88 años, mi abuelo Fernando me propone hacer una película juntos. Su propuesta llega cuando le digo que me voy a mudar de su casa. Así empezamos a filmar, yo con mi cámara y él con la suya. Si bien hemos convivido por más de 20 años, es a través de la cámara que nos vemos como nunca antes lo habíamos hecho.

Producido por Monarca Films y Andres D’Avenia, Ese soplo se estrenó el 1.º de junio en Uruguay y, a su vez, su estreno internacional será este mes en el Philadelphia Latino Film Festival, en Estados Unidos. 

Valentina Baracco es productora y directora en cine y televisión. Cursó la Licenciatura en Comunicación orientación Audiovisual en la Universidad ORT Uruguay, donde también es docente. Ese soplo la reubica como directora, siendo su primer largometraje documental.

En esta entrevista, repasa los desafíos de mirar a su abuelo también como un personaje: “Si bien convivimos por más de 20 años, había muchas cosas de mi abuelo que no conocía: no sabía qué le daba alegría, qué le generaba tristeza, cómo transitaba la soledad, cómo era su vínculo con la muerte”. A su vez, reflexiona sobre la importancia del trabajo colectivo en el rubro audiovisual y remarca que cada rol es fundamental para que “esa película sea única”.

Nuestra lucha por hacer esta película se transformó en una lucha para que nuestro vínculo persista. Asumir que los vínculos tienen que transformarse para persistir, implicó enfrentar esa transformación, una nieta que se vuelve adulta y un abuelo que se vuelve mayor. Este proceso me llevó a transitar el sentimiento de la ‘culpa’ cuando no puedo ir a visitarlo y de confundir el ‘querer’ ir con el ‘deber’ estar. ¿Cómo mantener el vínculo vivo después de abandonar el hogar? ¿Qué es lo que nos separa y nos une?

*El abuelo de Valentina Baracco en la función de Sala Zitarrosa. Foto: Lucía Silva.

¿Cómo nace Ese soplo?

El día que decidí mudarme de la casa de mi abuelo Fernando, donde convivimos por más de 20 años, y tomé valor para decírselo, él me respondió con una invitación: hacer una película juntos. Su propuesta me tomó por sorpresa, pero su seguridad de saber qué quería filmar y su necesidad de mí para poder llevarlo a cabo, me llevó a seguirle el juego, sin preguntar el porqué de todo. 

Debo admitir que no me animé a escuchar la respuesta y preferí quedarme con la única certeza que mi abuelo me había dado: una película que se iba a llamar Ese soplo.

Es un proyecto, por sobre todas las cosas, sumamente emotivo. ¿Qué desafíos tuviste como realizadora en un largometraje tan íntimo y personal?

El primer desafío fue descubrir que la película era el vínculo y la película entre nosotros dos. No me fue fácil asumir que yo también era personaje, implicó mostrarme, exponerme y asumir mi fragilidad. En este sentido, todo el equipo, pero principalmente Magdalena Schinca (montajista) y Andrés D´Avenia (productor) fueron quienes me ayudaron a descubrir, definir y construir esto. Si esta película existe es principalmente gracias a ellos dos.

Esto trajo también un desafío técnico, en el set de la película somos mi abuelo y yo, sin un equipo de cámara ni sonido, escuchando la intuición y la emoción del momento, buscando que eso se respire en las imágenes.

*Valentina Baracco (der.) junto a su abuelo y su madre. Foto: Lucía Silva.

¿Tuviste que tomar distancia del relato para poder avanzar en la realización?

Completamente. Estas películas son tan complejas y desafiantes como simples y hermosas, la materia prima es lo vivo; es la vida misma la que está en el material, ese abuelo y esos encuentros y desencuentros, que también me acompañan fuera de la película.

Cuando uno está haciendo una película está todo el tiempo pensando en ella, a mí me acompañó 12 años, más de un tercio de mi vida, y es complejo conciliar la película que se mezcla con la vida. Aquí es donde radica la importancia del equipo, de personas que te acompañan en el proceso y contribuyen a darte esa mirada y esa distancia que uno muchas veces no es capaz de sostener.

Ese soplo es tu ópera prima, pero tenés un montón de camino recorrido en el mundo audiovisual, sobre todo como productora. ¿Cómo te sentiste en el rol de directora?

Recuerdo una anécdota asociada a la universidad, con el docente Álvaro Buela en el taller de ficción. En ese entonces, cuando nos presentábamos en la primera clase, mostrábamos un cortometraje que habíamos hecho en la materia de documental con Gerardo Castelli. Mi cortometraje era con mi primo Manuel y un pájaro que había salvado. En ese momento, Buela destacó mi forma de mirar y me preguntó si me interesaba dirigir. Yo le respondí muy decidida que no, que no me interesaba dirigir. Y aquí estoy hoy, estrenando una película como directora.

Es una película que me encontró y me enseñó que, por más que estemos atentos a observar y encontrar películas para contar, podemos estar viviendo la vida mirando sin mirar. La dirección es un rol en el que me sentí cómoda porque como productora soy de defender el rol creativo del productor, así como el trabajo en conjunto con el director, pero también me fue muy desafiante, con incertidumbres y momentos de querer tirar la toalla, y ahí nuevamente está el equipo. Creo que para ejercer cualquier rol en el cine —y en el audiovisual— uno tiene que entender que es un trabajo colectivo y que todas las personas van a hacer que esa película sea única, no solamente el director o la directora.

*Magdalena Schinca, Claudia Píriz, Valentina Baracco y Andrés D’Avenia. Foto: Lucía Silva.

¿Quién es tu abuelo Fernando para vos?

Mi abuelo fue una persona que estuvo conmigo junto a mi abuela y mi madre desde que soy muy chica. Entonces, filmar a una persona con la que uno tiene un acercamiento tan estrecho tiene sus dificultades.

Es mi abuelo, pero también es un personaje: hay que construirlo con sus matices, sus destellos y sus sombras. Otra desafío y aprendizaje de filmar con mi abuelo es que es una persona mayor, con unos tiempos distintos a los de una persona de 30 años. Ahí fue importante controlar la ansiedad y cultivar la paciencia, entender que las cosas pueden suceder y no se van a repetir, quizá uno no llega a registrarlas: unos días puede tener una gran vitalidad y al otro día estar muy cansado.

El paso del tiempo en las personas mayores también fue un gran descubrimiento, en el caso de mi abuelo principalmente ese tiempo se ve a través de las estaciones y los climas, se retrae y envejece en invierno, florece y rejuvenece en primavera, como las flores.

¿Por qué el documental se llama Ese soplo?

El nombre lo eligió mi abuelo Fernando. Viene de la canción Volver de Carlos Gardel, que dice “sentir que es un soplo la vida”. La película es eso, ese soplo que es la vida, una película sobre la vida, los vínculos, el amor, la muerte y sobre lo que significa estar vivos.

¿Cómo se sintieron con el producto final?

Los dos nos sentimos muy felices y agradecidos de las devoluciones que estamos teniendo. Me resultó muy conmovedor escuchar las risas y el llanto en la sala, darte un abrazo con personas que no conocés que tienen la emoción contenida en el pecho.

Creo que mi abuelo tuvo una buena idea y juntos hicimos algo como la vida: una película imperfecta que da lugar a que el espectador se pueda permear, entrar en esa casa, mirar por la ventana como nosotros, y sentir. Es una película para sentir y para contribuir al diálogo sobre cuál es nuestro vínculo con la vejez, qué nos separa y qué nos une con otras generaciones; cómo transformamos los vínculos para que persistan en el tiempo porque, al fin y al cabo, todos queremos recorrer este camino acompañados. Creo que lo estamos logrando, todavía queda mucho por recorrer.

https://www.youtube.com/watch?v=tAXY3UlG7iw
  • Ficha técnico-artística

    Dirección: Valentina Baracco Pena

    Producción: Andrés D’Avenia Frávega, Valentina Baracco Pena y Eugenia Olascuaga Fierro

    Producción asociada: Ilaria Gambarelli (Aretusa Films)

    Dirección de fotografía y cámara: Valentina Baracco Pena

    Montaje: Magdalena Schinca Damián

    Correción de color: Elisa Barbosa Riva

    Diseño de sonido: Andrés Costa Carbajal

    Música original: Hernán González

    Coordinación de postproducción: Valentina Gedanke Abelenda

    Identidad gráfica: Magdalena Domínguez 

  • ​​Participación en festivales

    La semana del documental de DocMontevideo (Uruguay)

    Festival de Cine Nuevo Detour (Uruguay)

    Philadelphia Latino Film Festival (Estados Unidos)

  • Fondos y apoyos recibidos

    Fondo de Fomento Cinematográfico y Audiovisual (INCAU-MEC, 2018).

    Fondo Montevideo Filma (Intendencia de Montevideo, 2018).

    Fondo Montevideo Socio Audiovisual (Intendencia de Montevideo, 2021)

    Programa Uruguay Audiovisual (INCAU-ANDE, 2021).

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