Bienvenidos a este acto de reconocimiento a la Creatividad y la Innovación 2021. Un evento que desde hace tres años, coincidente con el entonces vigésimo quinto aniversario de la creación de nuestra Facultad de Comunicación y Diseño, decidimos instalar cada año, para reconocer a aquellos que, por sus logros, son referentes inspiradores para las generaciones venideras.
Hace un año, en este mismo evento, hablábamos de la capacidad de adaptarse a la nueva normalidad. Y si bien el 2020 fue un año de adaptación y de conversión a una realidad en la que convivimos en modo semipresencial a todo nivel, el éxito radicó en lograr buenos resultados en un contexto en que la inestabilidad sanitaria permitía prever muy poco.
En este 2021, con optimismo o sin él, asumimos que la pandemia nos acompañará un tiempo indeterminado y, en este marco, algunos optarán por lamentar y añorar el tiempo pre Covid-19 y otros aprovecharán creativamente las oportunidades que se han abierto en la nueva normalidad, y tratarán de reinventarse y potenciar su capacidad de innovación para crecer o emprender.
Sin embargo, no todas las organizaciones están preparadas para enfrentar situaciones adversas, aun cuando sus directivos tengan coraje y quieran hacer frente a una inestabilidad proveniente de un efecto externo a su negocio, como puede ser una pandemia o un desastre natural.
Aquellos que están preparados para afrontar situaciones críticas son los que están más atentos a advertir los cambios que impactarán en su negocio, en el consumo y en los hábitos de una sociedad o en el mundo. Son los profesionales capaces de analizar tendencias, mirar el horizonte y redireccionar la proa para que el barco siga navegando, porque saben que para ese lado irán los vientos.
El escritor, periodista y crítico cultural Malcolm Gladwell, en uno de sus best sellers establece que en una epidemia hay un momento crítico en que todo puede cambiar de repente, es un punto de inflexión en el que las cosas ocurren (The Tipping Point).
Para ejemplificar lo anterior: ¿acaso no hace años que tanto tecnológica, como financieramente ya estaban dadas las condiciones para que el comercio electrónico se desarrollara a favor de las condiciones de compra? Sin embargo, las empresas no lo consideraban, menos aun estaban preparadas para llevar adelante los procesos de venta online. Yo puedo dar fe de que las asignaturas existentes en nuestras carreras que atendían el comercio electrónico o el e-business no se apreciaban como debían. La pandemia hizo explotar esta nueva forma de comprar y ahora no solo se valoran y potencian más aquellas asignaturas, sino que inclusive nos encuentra, como universidad, en el momento justo del lanzamiento de carreras en comercio electrónico, que forman especialistas para los distintos perfiles requeridos por las empresas en esa modalidad.
Cuando hace un año, en casi todo el mundo se cerraron los telones de los espectáculos y el mundo del cine parecía que se derrumbaba por la crisis sanitaria, en el Uruguay se abrían las puertas a empresas como Amazon, Netflix y Disney, ya no solo para ofrecer locaciones naturales, sino para crear con ellos series, películas, documentales, con empresas uruguayas que nos permitieron instalarnos con más luz en el mapa del mundo audiovisual.
No es una novedad que el audiovisual en Uruguay está pasando por un gran momento, pero hay que analizar cómo ocurrió este “fenómeno”. Posiblemente tenga que ver ese punto de inflexión que hizo entrar en ebullición al sector, pero también —y fue de capital importancia— el trabajo conjunto que una cantidad de empresas, referentes del sector, emprendieran juntas para que desde el gobierno se desarrollasen políticas que finalmente, con la capacidad creativa profesional de talentos locales, acabaran atrayendo a estos gigantes de la producción audiovisual internacional. Y por sobre todo, hayan demostrado que desde aquí también se puede desarrollar actividad audiovisual a nivel internacional.
Y si me permiten un paréntesis, agradezco también a Musitelli, en especial en la figura de Ernesto Musitelli, que siempre ve más allá de lo que está ocurriendo en el mundo audiovisual, el hecho de que junto a los productores de Cimarrón Cine, La Productora Films de Pepe Lamboglia y nuestro equipo de coordinadores académicos de Audiovisual, y del Centro de Formación y Actualización Profesional, rápidamente hayamos podido crear un Programa de Actualización en Audiovisual, que está aportando formación en 2021 a un centenar de profesionales uruguayos para abrir oportunidades de desarrollo en un sector que, increíblemente, está acotado por la falta de recursos humanos especializados y actualizados para el estándar de las producciones internacionales.
Desde nuestra posición como universidad, estamos obligados a anticipar las necesidades profesionales que requerirán las organizaciones de este siglo y las habilidades, destrezas y conocimientos que las personas podrán incorporar para mejorar sus oportunidades en una sociedad que necesita de ellos, ya no solo para mejorar la economía de las empresas empleadoras, sino para satisfacer los deseos vocacionales y retener en el país a esos y esas jóvenes con vocación de formarse, brindándoles posibilidades de desarrollo profesional específico.
Dicho esto, ustedes se preguntarán cómo será el mundo luego de la pandemia: ¿cómo responder a las demandas de un mercado y una sociedad que ha cambiado hábitos durante la pandemia y que seguramente deba continuar cambiando?
Bueno, a ciencia cierta no lo sabemos. Pero sí sabemos que no vamos a volver al pasado y, sin querer ser futuristas, tenemos nuestras creencias.
Y para seguir mirando al futuro, creemos que viviremos en una época donde la tecnología estará cada vez más omnipresente, y ya no hablaremos del internet de las cosas, sino de un mundo de avatars, de NFTs, de telemedicina, un mundo de realidad virtual y de realidad aumentada. Porque, según los grandes creadores e impulsores de tecnología a nivel global (Apple, Microsoft, Facebook, Amazon, Elon Musk, etc.) en unos años tendremos a nuestro alcance una internet multidimensional como nunca hemos visto.
Si hoy, comprometidos por la pandemia, pensamos que vivimos en un mundo atravesado por la virtualidad, de teletrabajo, reuniones por Zoom, videochats con amigos, yo diría que esto parece ser solo un adelanto, a modo de tráiler, de una serie que empezó por lo más trivial.
Zuckerberg nos anuncia sobre su Metaverso, que reemplazará al internet que conocemos; y no será el único sino que habrá tantos metaversos como hoy sitios de internet. Es decir, que en ese espacio de mundos virtuales podremos asistir a conciertos en Inglaterra sin movernos del living de nuestra casa, o sentarnos en la tribuna de un estadio sin correr peligro, y todas serán experiencias que las viviremos con las sensaciones del espectáculo que estemos presenciando. Tal vez aún no conocemos con precisión la tecnología que estará disponible para lograr esas experiencias, pero es seguro que llegará antes de lo que pensamos.
Ahora dejemos de lado el mundo del entretenimiento y pensemos el impacto que tendrán estos adelantos en la industria. Si vamos a asistir a eventos virtuales necesitaremos ropa virtual, joyas virtuales, tal vez podamos hacer fiestas con nuestros amigos en nuestras casas virtuales (sin tener que usar tapabocas). Y si hace muy poco se han vendido obras de arte digitales en millones de dólares, estamos seguros que el mundo de los non fundible tokens es un mundo actual, por lo que nuestros diseñadores de moda venderán prendas, accesorios y joyas digitales, nuestros graduados de Diseño, Arte y Tecnología venderán sus creaciones en los remates de Sothesby´s y trabajarán con nuestros arquitectos porque podrán perfectamente vender casas virtuales que tendrán la ciberseguridad que le instalen los ingenieros para protegerlas, de modo que solo puedan visitarnos aquellos que hayamos —también virtualmente— invitado.
No voy a abundar en ejemplos porque aquí hay guionistas y productores de cine que seguramente ya tienen una lista más larga de ideas de este tipo que hoy serían parte de un relato de ciencia ficción, pero que seguramente en unos años pasarán a la vida real.
Pero cuando pensamos desde otro punto de vista, el de la competencia por llegar a abastecer a los mercados que desean adquirir productos digitales, ¿cómo nos preparamos desde Uruguay para competir en un mercado tan global?, ¿qué necesitamos?
- Infraestructura tecnológica, necesitamos ser un país con acceso a redes potentes.
- Empresarios con visión y vinculados a los mercados internacionales.
- Profesionales creativos, emprendedores, capacitados en las tecnologías más avanzadas que se necesiten para estar activos cuando se llegue al punto de ebullición de esta nueva versión de internet, y de pertenecer a un mundo que avanza a una cuarta revolución tecnológica.
No prepararse para ese momento sería dejar pasar una oportunidad única.
Y como corolario de esto que acabo de mencionar, quiero darle el espacio que viene a mis colegas académicos de la facultad para que presenten a continuación un master pionero en Uruguay y en la región: el Master en Creatividad, Innovación y Comunicación.
Muchas gracias.