Técnico en Fotografía y Postproducción Audiovisual “nace de la necesidad de profesionalización que tiene el sector audiovisual”, sostuvo el coordinador académico, Mag. Gerardo Castelli, durante el lanzamiento en Reducto Hub.
Esas necesidades que menciona Castelli son producto del desembarco de las plataformas de streaming en Uruguay, por el año 2020. En ese momento hubo un aumento exponencial en la producción de contenidos, que implicó una mayor masa laboral especializada. Hoy en día, los departamentos de fotografía y postproducción son los que más profesionales especializados necesitan.
La creación de imágenes de calidad internacional es algo que se demanda cada vez más, en un momento donde cada vez se produce más cine y más series.
Mag. Gerardo Castelli
La carrera Técnico en Fotografía y Postproducción Audiovisual busca responder esa demanda: “generar técnicos que tengan la capacidad de trabajar en un set, de manejar las herramientas de cámaras, de luces, de entender cómo filmar con el equipamiento que hoy tenemos”, puntualizó el coordinador. “Técnicos que, luego, puedan postproducir esa imagen, trabajar el color, la composición, para llegar a esos estándares de calidad que se está demandando internacionalmente”.
Una de las características de esta carrera es que la parte de Fotografía y Data Managment se va a dictar en Musitelli, con equipos de allí, para que los estudiantes puedan “trabajar en las condiciones que, en el día de mañana, se van a enfrentar en un rodaje”.
El color para acentuar arcos dramáticos
En el lanzamiento, Castelli conversó con el colorista Daff Schneydher, que hace 15 años se dedica a la corrección de color de películas, series y comerciales. Ha trabajado para Oriental Films, Paristexas, Aparato Post, Sastre, Barraca Post, Remo Animation Studios, Taxi Films, entre otras; ha desarrollado proyectos publicitarios para los mercados de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa, para marcas como HBO Latin America, Mtv, Mattel, Coca Cola, P&G, Telefónica, Verizon, Unilever, Pepsico, Sab Miller. En 2014 creó Colour Studio, la primera boutique de intermediate y finishing digital en Uruguay, especializada en etalonaje para publicidad y contenidos, restauración de material audiovisual, largometrajes y documentales, donde ha desarrollado proyectos para Primevideo, Disney, Netflix, HBO, Discovery, Univision, RTS, Telefé, Canal 10 y Teledoce.
Considero la corrección de color como una extensión del trabajo del fotógrafo.
Daff Schneydher
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¿Cómo es el proceso de postproducción cuando llega un proyecto?
Hay dos formas de encarar los proyectos.
Cuando accedemos a la preproducción, tenemos muchas reuniones con los directores y directores de fotografía, como para tener una idea de qué es lo que quieren hacer, cómo lo quieren mostrar y, a partir de eso, desarrollamos unas cosas que se llaman lutz, que permiten visualizar el material en el rodaje visualizar de una forma parecida a cómo va a quedar finalmente.
La otra forma es: se hizo la película, por lo general recibo un corte, sin hablar con nadie, tomo mis notas, marco situaciones claves y ahí me reúno con director y director de fotografía, les pregunto cuáles son sus intenciones, por dónde va la imagen, les hago mi devolución y, a partir de ahí, empezamos a trabajar en la postproducción y en la finalización de un proyecto.
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¿Cuál es el lugar creativo que tiene alguien desde la corrección del color, desde el etalonaje, para poder este aportar o darle una impronta a la película?
Muchas veces veo el trabajo del colorista como como si fuésemos el gaffer del fotógrafo en postproducción, entonces lo que hacemos es respetar la visión del fotógrafo: cómo quería ver la imagen, cómo quería transmitir la historia y, aparte, confiamos en que ha tenido una comunicación directa con el director, para que tengan una visión unificada.
En mi caso, en la corrección de color busco acentuar los arcos dramáticos que tiene cada escena, porque, al igual que la mezcla de sonido, el trabajo de corrección de color implica un proceso de manipulación psicológica del espectador, donde condicionamos qué queremos mostrar, qué queremos ofuscar, qué queremos simplemente dejar ver. Eso nos permite manipular, también, la forma en la que interactúa la narración con el espectador y buscamos un equilibrio entre el sonido, la mezcla de audio, la fotografía, la puesta en escena y la corrección de color, en definitiva.
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Hace 10 años, el color no era visto como un elemento importante en Uruguay, pero ha ido cobrando cada vez más relevancia. ¿Cómo ves ese crecimiento del mercado audiovisual uruguayo; qué necesidades hay a futuro?
El proceso ha sido largo y, por suerte, hemos tenido apoyo. Musitelli fue un apoyo fundamental para nosotros; siento que ha sido una suerte de rompehielo que nos ayudaba a otros a seguir un proceso de perfeccionamiento de procesos y de orden.
Hace 10 años, se nos ocurrió con mi socio Germán Noela crear una empresa de corrección de color, pero no era algo común porque veníamos de terminar la transición del fílmico al digital. Nosotros establecimos la empresa y nos dimos cuenta de que necesitábamos enseñarle a nuestros clientes cómo era el camino adecuado para llegar a los resultados esperados; por lo general, se le hacía un ajuste de contraste, de saturación y ya está, pero el proceso va mucho más allá de la corrección de color.
La corrección de color per se es un espacio muy pequeñito dentro del proceso, se establece un flujo de trabajo alrededor de la corrección de color, que está vinculada con la producción, la postproducción e, incluso, la distribución. Como profesionales, debemos entender esas etapas, cómo están relacionadas entre sí y saber cómo sacar el máximo provecho. Cuando nosotros optimizamos los procesos, podemos sacar mucho más partido de los recursos que tenemos y lograr cosas aún mejores.
Esa clase de profesionales son los que necesitamos, que no sean solamente artistas —aunque es importante que sean artistas y que sean muy buenos expresando su arte—, pero también que entiendan cómo es el proceso y cómo se unen esas etapas.
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Uruguay logró un estatus a nivel internacional en cuanto a calidad técnica y de equipamiento. Ese estatus todavía no se logró en postproducción. ¿Qué podemos hacer para cambiar eso?
Sacando la parte económica, que muchas veces es condicionante, siento que esto se resuelve haciendo cosas. Hemos estado haciendo mucho y con muy buenos resultados, pero el problema es que, a veces, no podemos hacer todo lo que lo que nos piden que hagamos porque nos falta gente, entonces, si empezamos a tener técnicos preparados para cubrir espacios que hacen falta, vamos a poder responder a esas necesidades que el mercado internacional nos está nos está marcando.
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