“Diseñar una tipografía a medida implica darle forma a una voz, a un timbre específico de comunicación; es construir la identidad del emisor desde la manifestación visual de lo lingüístico”. Así se presenta a Ciudadana en el sitio de TipoType, el estudio de tipografía fundado por Vicente Lamónaca, Fernando Díaz y Martín Sommaruga, graduados de la Licenciatura en Diseño Gráfico de la Universidad ORT Uruguay.
Montevideo es la capital más austral del continente, donde habitan un millón y medio de personas. “Como otras, reúne y sintetiza diferentes costumbres, ideas, propuestas, desafíos y anhelos de sus habitantes”.
La tipografía al servicio de la gente
Ciudadana debía plantear un nexo entre la identidad visual anterior —construida a través de la tipografía Ciudadela— y la necesidad de seguir acompasando los tiempos a través de la mejora constante de los servicios a la ciudadanía a través, en este caso, de la comunicación.
La evolución de Cuidadela a Ciudadana pasa por “resolver algunos problemas técnicos —sobre todo en visualización en medios digitales— y por consolidar algunos rasgos de identidad —marcarlos más, acentuarlos—, como por ejemplo el cierre de sus líneas estructurales, la suavidad de sus terminaciones; aspectos que le confieren más versatilidad, identidad y, a la vez, contrarrestan un poco cierto aire de lejanía que pueden tener las grotescas”, puntualizó Lamónaca, quien se desempeña como catedrático de Diseño Gráfico en ORT.
El estudio de diseño y comunicación i+D invitó a TipoType al desafío de proponer una tipografía que condense esa diversidad y, a la vez, construya identidad.
Es una oportunidad única para un equipo de tipógrafos, más si se trata de la tipografía para la ciudad en la que vivís. Es ver el diseño al servicio de la gente de forma palpable y cotidiana, es un privilegio y una responsabilidad.
Mtr. Vicente Lamónaca
https://www.youtube.com/watch?v=ucrof8y04J4
Se trata de una tipografía grotesca moderna que, según se explica, “suaviza sus gestos con la eliminación de los vértices, sustituyéndolos por curvaturas que reflejan esa intención de amabilidad, de acercarse a la otra persona a través del respeto; pero también es la claridad de sus formas, la precisión que construye la seriedad y seguridad de los mensajes”.
Las tipografías se clasifican por sus características formales y/o históricas, detalló Lamónaca. “Las grotescas, desde el punto de vista histórico, surgen luego de la Revolución Industrial, pero su gran difusión se da a partir de mediados del siglo XX, con las escuelas racionalistas de diseño. Desde el punto de vista formal, se caracterizan porque su estructura es ‘autónoma’, es decir, no tienen trazos de conexión entre un signo y otro (como podría ser el caso opuesto de las manuscritas). Esa autonomía deriva, en parte, de su carácter mecánico, industrial; esta cualidad hace que se las interprete como asépticas, neutras (por venir de la máquina y el diseño más que de la escritura) y esto las hace muy versátiles para programas de identidad amplios, como es el caso de la identidad de una ciudad”.
En TipoType este proyecto lo llevaron adelante los diseñadores Martín Sommaruga, Fernando Díaz y Vicente Lamónaca —los últimos, docentes de la Escuela de Diseño—. Actualmente, Díaz ya no forma parte de TipoType.
