Un diseñador debe ser capaz de comunicar a través de lo visual, transmitir sensaciones,
utilizando determinada estética. Esta última debe variar y adaptarse a las necesidades de
cada proyecto. Los proyectos son únicos, cada uno tiene su contexto, su historia previa y
su mensaje a transmitir. Mi trabajo como diseñadora es poder identificar este mensaje y
plasmarlo en una representación visual acorde, que haga que quien lo observe sienta lo
mismo que yo al crearlo. Para conseguir esto hay que recorrer un largo camino, probar,
volver a empezar, cambiar, investigar, aprender.