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La desinformación como avalancha

13/09/2019
El coloquio internacional “La desinformación como crisis” reunió a expertos locales y de la región para debatir, con voz propia, cuáles son los alcances de la desinformación, desde los contenidos hasta las plataformas, y qué se puede hacer para mitigar su impacto.

Coloquio "La desinformación como crisis" - setiembre 2019

Estamos en un momento clave. Con esas palabras abrió el coloquio el ingeniero Eduardo Hipogrosso, decano de la Facultad de Comunicación y Diseño de la Universidad ORT Uruguay. “De un tiempo a esta parte nos hemos acostumbrado a escuchar sobre desinformación. Hoy la relacionamos con cualquier forma de mentira”, sostuvo.

El coloquio “La desinformación como crisis” se llevó adelante el 11 de setiembre en la Torre de Antel, se pudo ver por Vera TV y contó con el apoyo de Antel, Unesco, Friedich Ebert Stiftung, Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Observacom. El mobiliario que vistió el escenario fue gentileza de Estudio Lateral, Menini Nicola, Las Jacintas y Estudio Elemento.

Dimensiones de la crisis de la desinformación

https://www.youtube.com/watch?v=GxwXVRrQ02Y

“Una de las primeras preguntas que me hice al pensar este tema, hace tres años, fue qué nos había pasado”, contextualizó el Mag. Daniel Mazzone, organizador del coloquio. Lo primero, dijo, es ver ante qué tipo de desinformación estamos. Y sentenció: “sin dudas, creo que estamos ante el agotamiento de un contrato de comunicación”. Ese contrato, continuó, es clave porque es el que rige a la sociedad abierta. El agotamiento se inició por el año 2000 y se profundizó por el 2015, de forma explícita en 2016.

Si el contrato de comunicación se agotó, señaló, hay que diseñar uno nuevo.

Hay que eliminar el vocablo fake news. El periodismo cometió un error en aceptar este término en sus titulares. Una noticia jamás puede ser falsa.

Daniel Mazzone

“Un tuit falso tiene 70% más de posibilidades de ser compartido que un tuit con información verdadera”, lamentó Laura Zommer, directora ejecutiva y periodística de Reverso y de Chequeado. Comentó que viene trabajando desde hace tiempo en el chequeo del discurso político pero, al momento, no ha encontrado “ningún paper que pruebe que el impacto de la desinformación es alto, ni en el voto ni en otros comportamientos humanos”.

“Eso no significa que no sea un problema”, aclaró. “La desinformación es una avalancha que siempre va a ser más voluminosa que los que queramos trabajar contra ella”.

Chequeado existe para subir el costo de la mentira, para que mentir salga más caro.

Laura Zommer

“¿Qué responsabilidad tenemos los comunicadores? Mucha, pero no excluyente”, preguntó y respondió Mario Riorda, director de la Maestría en Comunicación Política en la Universidad Austral.

Señaló que en los últimos años, del total de noticias de política argentina que fueron analizadas, la mitad no está basada en información real. Es decir que solo uno de cada cuatro discursos políticos es verificable.

La realidad es que no hay control. Ya nadie puede tener el control total.

Mario Riorda

“La tecnología ya le ganó el asombro, y eso es una crisis en sí misma”, apuntó el publicista Claudio Invernizzi. “La publicidad nació herida de desconfianza y eso hizo que tuviera que aprender a eludir esas desastrosas consideraciones”.

La predictibilidad, dijo, se ha adueñado de gran parte de la publicidad. Hoy en día, existe un nuevo modelo de publicidad: el que habla de lo que la gente está evaluando comprar. Esta situación, que a su modo también se plantea en la comunicación, lo que busca es incidir en decisiones: por ejemplo, determinar una compra o decidir un voto.

El mundo está siendo ‘editorializado’ por miles de personas que no buscan complementarse sino afirmar sus convicciones.

Claudio Invernizzi

Por su parte y mediante videoconferencia, el argentino Juan Manuel Lucero —News Lab Lead de Google— planteó que una de las estrategias llevadas adelante fue realizar alianzas con youtubers para llegar de forma efectiva a las audiencias. “Realizamos talleres de capacitación para combatir la desinformación a través de nuevas narrativas”.

Las plataformas ¿son parte del problema y/o de la solución?

https://www.youtube.com/watch?v=Ba0tF2ncKCc

Sobre la contradicción entre el modelo de negocio de las plataformas digitales y la forma de reducir el impacto de la desinformación ahondó la ponencia de la periodista Ana Laura Pérez, que recientemente asumió como coordinadora académica de la Licenciatura en Comunicación orientación periodismo y orientación Contenidos Digitales.

Los modelos de negocio de las plataformas, básicamente, tienen mucho que ver con “agruparnos en segmentos con gente que tiene las mismas características que uno”. Eso, “en general profundiza y radicaliza los discursos de desinformación”.

Los grupos cerrados de Facebook, por ejemplo, son unos de los canales de desinformación más fuertes dentro de las redes y suponen una barrera para quienes nos dedicamos a chequear información.

Ana Laura Pérez

Para entender toda esta crisis, su contexto y sus consecuencias, “hay que entender bien esto”, dijo Eduardo Arriagada sosteniendo su teléfono celular. “La gente está en las plataformas. Es ella la que tiene que exigir”, sostuvo el decano de la Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

El negocio, dijo, es predecir el comportamiento. “Una lección de este tiempo es que los que nos dedicamos al periodismo tenemos que aprender a escuchar”, recomendó. “No podemos seguir poniendo el micrófono. Ese periodismo de dos fuentes, dos versiones, ya no es suficiente”.

Las plataformas son el petróleo del siglo XXI que extraen todos nuestros datos. Hay que tener claro que son herramientas; tenemos que aprender a utilizarlas para combatir la desinformación.

Eduardo Arriagada

En tanto, el periodista Gonzalo Sobral —business development de Idatha— recordó que la tecnología, desde siempre, “soluciona problemas y crea otros”. “¿Eso nos pone frente a una mala época de la comunicación? No, es maravillosa; hay muchísimo para hacer”. 

¿Dónde está la solución? Hacer lo que hicimos los periodistas hace 20 años, cuando apareció internet: apropiarnos de la tecnología.

Gonzalo Sobral

Gustavo Gómez, director ejecutivo de Observacom, planteó que el acceso a información no es posible sin intermediarios. 

“Hay veces que el remedio es peor que la enfermedad”, advirtió. “Pero, cuidado, las plataformas se podrían convertir en los nuevos ministerios de la verdad”. Gómez remarcó que el primer error es olvidar que las plataformas son empresas y creer que son organizaciones filantrópicas.

¿Cómo solucionamos este problema? “Mala pregunta, no lo vamos a solucionar”, respondió. “Es inmanejable en términos de solución completa al problema. Tampoco hay una sola manera para mitigar su impacto”. El foco, dijo, es pensar varias estrategias y priorizar la educación.

El problema que tenemos en democracia no es la noticia falsa, tenemos problemas con estrategias deliberadas de difundir información falsa, es decir, con la desinformación.

Gustavo Gómez

Ciberseguridad, la privacidad en el uso de los datos y la confianza de los usuarios

https://www.youtube.com/watch?v=dj-4ZlRffMM

Sebastián García Parra —CEO, director y cofundador de Idatha— manifestó que, hoy en día, las plataformas usan lo que los usuarios no comparten de manera explícita “para lograr hacerse de información precisa y poder vender sus productos”. Por esto, remarcó que es fundamental trabajar en la educación de estos asuntos.

Es muy difícil analizar el futuro sin pensar que grandes estructuras cambien (las educativas, las corporativas). A veces no tenemos derecho a enojarnos. Y tampoco tenemos derecho a poner siempre las plataformas en el centro de la discusión.

Sebastián García Parra

Desde el punto de vista de seguridad cibernética, Uruguay está posicionado en un lugar de privilegio. Así lo remarcó el ingeniero en informática Roberto Ambrosoni, que se desempeña como docente de ORT.

Los usuarios, dijo, hacemos uso funcional de las tecnologías “pero no conocemos las posibles vulnerabilidades que pueden tener asociadas”.

“¿Qué es lo que tenemos que cuidar? El común de la gente”, recalcó. “Debemos cambiar rápidamente, generar instancias en todos los ambientes; que la gente en vez de tomar conocimiento del tema, tome conciencia”.

La ciberseguridad, por sí sola, no va a poder cuidar a las personas que no tengan conciencia de seguridad.

Roberto Ambrosoni

Por su parte, Carlos Álvarez —socio director de Idatha— recomendó a los usuarios “empoderarse de sus datos” para “tener la capacidad de hacer con sus datos lo que quieran”.

Coincidió con Ambrosoni en que se debe transformar la conversación hacia lo que tiene que ver con responsabilidad de los datos.

No podemos controlar el comportamiento de los usuarios; lo importante es el uso que hacemos de los datos.

Carlos Álvarez

Ignacio Lagomarsino es especialista en Ciberseguridad y se desempeña como gerente de división del Centro Nacional de Respuesta a Incidentes de Seguridad Informática (CERTuy). En su exposición insistió con la idea de tomar conciencia.

“¿Cómo podemos ayudar? Generando conciencia. Dándole el valor que tiene a nuestra información”, subrayó.

Si no nos importa dónde dejamos nuestros datos, si no nos tomamos el tiempo para configurar los ajustes de seguridad, somos el primer problema de la cadena.

Ignacio Lagomarsino

https://www.youtube.com/watch?v=kks9TMUDo9k

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