Antes de llegar a la universidad, contó que solo sabía que le gustaba el diseño; “o lo que tuviese que ver con las imágenes, la expresión y la comunicación; me parecía algo súper interesante, siempre me llamó la atención toda la parte artística y lo creativo”.
“Me encanta la posibilidad de poder expresar una idea mediante una imagen u otro tipo de medio gráfico”, contó. “Yo no tenía idea cómo podía hacer esas cosas hasta que empecé a experimentar”.
“Me parece súper importante poder desarrollar las habilidades para realmente dar un mensaje de forma clara”, resumió.
El objetivo último del diseño, dice, siempre es comunicar algo. “Eso es lo que somos: comunicadores visuales. Entonces aprender a hacer esto fue lo que al final me hizo dar cuenta que a mí me gustaba lo que hacía”.
Hoy en día se encuentra cursando un Master en Design Strategy en Parsons NY.
Cuenta que tomó esta oportunidad como un desafío personal. “Yo quería poder decir qué es lo que a mí me va a costar más hacer y realmente planteármelo como un compromiso conmigo misma. Y quería que fuese algo que a mí me hiciera pensarlo como un reto y un compromiso para realmente dar lo mejor de mí”.
“Tiene que ver con los negocios, los distintos modelos, proyectos, con cómo se maneja una empresa; se trabaja mucho con proyectos grandes, con cómo poder llevar a cabo esos proyectos con un equipo. El enfoque es más bien de negocios, es súper interesante”.
Sin dudar, lo recomienda. “Si uno tiene la voluntad y el querer, lo recomiendo absolutamente. Ha sido súper enriquecedor aprender no solo de los profesores sino de los compañeros, de cualquier persona que está ahí. Estás abierto a las posibilidades de ver perspectivas diferentes, porque todas son personas diferentes que han vivido situaciones diferentes. Todo eso contribuye a ideas distintas, que te hacen pensar de otra forma también”.
El Máster no es específicamente para diseñadores sino que reúne a profesionales de varias disciplinas. “Cuando tenemos que hacer trabajos de proyectos, muchas veces hace falta un diseñador porque es la persona que se encarga darle una visual a las cosas. Hay que armar un libro o hacer gráficas”, ejemplifica. “Si bien las ideas se hacen y se forman en conjunto, al final es el diseñador quien a la hora de presentarlo lo pone en la gráfica. Ese es mi aporte”.
Para transitar este camino, considera que lo que se llevó de la Universidad ORT Uruguay ha sido fundamental. “ORT me brindó los conocimientos: yo me fui con mi cajita de herramientas y no tenía idea con qué me iba a enfrentar. Creo que parte de esa incertidumbre es lo que te hace ser más humilde, que ese miedo no te frene. Y esa cajita de herramientas me sirvió muchísimo, tremendamente. Porque con eso es con lo que uno se puede defender; tus conocimientos no te los quita nadie. Sin eso no podría haber podido llegar ni al primer curso”.
Cree que hay que estar “realmente despierto” y tener algunas cosas claras: “vas a tener días buenos, vas a tener días malos y tienes que abrazar prácticamente todo lo que venga y no conformarte”.
Más allá del punto de vista académico, la diseñadora considera que “parte del desafío” es el día a día: “cómo vives en una ciudad como New York, que es súper intensa, y estás solo entonces tienes que ver realmente cómo eres capaz de vivir diariamente de la manera más sana posible, y estar bien. Estás lejos de tu familia, de tus amigos, de tu pareja, de todos los que conoces, entonces tienes que estar dispuesto a conocer gente nueva, a hacer nuevos amigos; todo eso es parte de la vida”.
